La inmunización masiva anunciada para abril se postergó hasta julio, mes en el cual esperan la llegada de 11.374.400 dosis del mecanismo covax. Hasta ahora, el país solo ha recibido 1.480.000, entre Sputnik V y Sinopharm, lo que se traduce en menos de 800.000 vacunados.
Al medir el avance en los procesos de vacunación de 18 naciones de la región, se evidencia que Venezuela ocupa el penúltimo lugar con solo un 0.88% de la población parcialmente vacunada (una dosis). Antes está Guatemala (0.91%) y después Honduras (0.56%).
Para Venezuela, el retraso en el proceso de inmunización es bastante riesgoso, especialmente tras la aparición e impacto de nuevas variantes como la P1, mejor conocida como “la cepa brasileña”, la cual logró disparar los reportes oficiales del mes de abril, cuando las redes se inundaron de solicitudes de oxígeno y campañas de recaudación (GoFundMe), lo que dio la sensación de que todos ya teníamos al menos a un familiar, vecino o conocido enfermo.
Abril era, precisamente, el mes estipulado por el gobierno para arrancar la “inmunización masiva”. Pero, hasta el momento, según declaraciones del ministro para la salud, Carlos Alvarado, Venezuela solo ha recibido 1.480.000 dosis, entre Sputnik V (Rusia) y Sinopharm (China), lo que se traduce en menos de 800.000 vacunados.
De acuerdo con Alvarado, entre los vacunados se encuentra “todo el universo de los trabajadores de la salud que actualmente ronda las 360.000 personas”. En contraparte, algunos sectores sanitarios se han movilizado hacia la sede del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para exigir “vacunas ya”, pues afirman que 537 trabajadores sanitarios han fallecido desde el inicio de la pandemia, una cifra suministrada por la ONG Médicos Unidos.
Para la doctora Nohemi Ramos, cirujana y coordinadora de MUV, este dato es doblemente perturbador pues choca con los reportes del Ejecutivo, donde se habla de 207.870 contagios y 2.291 decesos, lo que supondría que una cuarta parte de los fallecidos son médicos o que existe un subregistro en las cifras oficiales.
Ante esto, la doctora Patricia Valenzuela, infectóloga del Hospital Vargas, dijo desconocer el tiempo exacto entre el fallecimiento de una persona y el anuncio del balance diario. Pero aseguró que “los casos fallecidos por covid-19 que se anuncian diariamente son solo aquellos que tienen la PCR en tiempo real positiva”.
Bendecidos y afortunados
La fase inicial del Plan de Vacunación (donde aún nos encontramos) contempla únicamente al personal médico, los grupos de seguridad (policías/militares), las autoridades locales, regionales y nacionales, así como diputados de la Asamblea Nacional, entre los que se encuentran la esposa del presidente Nicolás Maduro y su hijo.
El mandatario aseguró que se trata de una decisión necesaria pues el gobierno ha perdido a varios dirigentes políticos a causa del covid-19 incluyendo al Jefe de Gobierno de la Capital, Dario Vivas. “Su trabajo, su actividad de calle, justifica su protección especial, para que el Estado continúe su marcha, para poder continuar con el trabajo”, señaló.
Tras esta medida, diversos sectores de la oposición han señalado que el gobierno ignora los criterios sanitarios y se guía por intereses políticos a la hora de repartir las vacunas. Pero no es la primera vez que la política venezolana empaña la lucha contra el virus.
De hecho, el gobierno asegura que el retraso en el proceso de vacunación se debe a las sanciones económicas y el respectivo congelamiento de activos de Venezuela en el extranjero, lo que le impidió al país hacerse rápidamente de las dosis que le corresponden como parte de la iniciativa Covax, promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta explicación es rechazada por la oposición, a pesar de que el dirigente Juan Guaidó -con la mediación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), se sentó junto al gobierno para negociar la liberación de 18 millones de dólares para cancelar 11.374.400 dosis covax, que se sumarían a las 10.000.000 de dosis de Sputnik, valoradas en 200 millones.
Hablan los inmunizados
Edgar Sotillo, neurocirujano del Hospital J.M de Los Ríos, es uno de los médicos inmunizados. En su caso, le avisaron con 5 días de antelación que recibiría la primera dosis. Tras la inyección, pasó a una sala contigua, donde permaneció algunos minutos con el fin de descartar cualquier reacción adversa. Después, les entregaron un carnet con sus datos, la fecha de la próxima dosis y un par de instrucciones postvacunales: acetaminofén y mucha hidratación.
Mientras, la inmunización de adultos mayores de 60 años con dos o más enfermedades asociadas incluyendo a quienes se encuentran en los centros del Instituto Nacional de Seguridad Social (INASS) o demás casas de larga estancia, se da a través del Sistema Patria, donde actualmente cualquier venezolano puede registrarse, aunque no posea el carnet.
Cosmelina Rincón trabaja en casa de familia, tiene 63 años, es asmática e hipertensa, y el pasado 9 de abril a las 8:00 am recibió la primera dosis de la Sputnik V en el Hospital Pérez León Segundo de Petare, tras recibir un mensaje de texto del Sistema Patria. “Vi a muchas personas ahí que se estaban vacunando tras haber sido convocadas de la misma forma que yo”.
Sin embargo, integrantes del personal sanitario, algunos gremios académicos, voceros de la iglesia, y ONG’s vinculadas a los Derechos Humanos afirman que este método es «un mecanismo de control político” que “excluye y discrimina” al que no comulga con los planes gubernamentales y, por consiguiente, no se encuentra registrado en Patria, una plataforma que hasta el momento, según cifras oficiales, acumula a 18 millones de inscritos.
Más allá de eso, el ciudadano común quisiera conocer el criterio y proceso de selección: ¿es manual o automatizado? ¿Cuántos ciudadanos son convocados diariamente? No hay información clara al respecto.
La misma incertidumbre rodea a un grupo de 90.000 personas, que son menores de 60 años, pero viven con insuficiencia renal crónica, VIH-SIDA u otras enfermedades que comprometen su inmunidad, a quienes el ministro de salud prometió vacunar junto a la tercera edad. Tras ellos, prevenidos al bate, están los trabajadores de los servicios básicos.
Pero, mientras tanto, otros logran burlar el orden establecido “coleándose” en las jornadas oficiales. Verónica -nombre ficticio- es una de ellas. Para lograrlo, le pagó 80 dólares, 40 por dosis, a una enfermera. Asimismo, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) detuvo a una mujer y tres hombres por vender las vacunas en 280$ a través de la página Marketplace de Facebook.
Proyecciones futuras
De mantenerse el ritmo de vacunación actual (400.000 personas por mes), para el cierre del 2021 solo se habría vacunado al 12% de la población. Sin embargo, el gobierno ha reiterado que 21 millones de venezolanos serán vacunados este mismo año.
Para lograrlo, el ejecutivo maneja 3 opciones. Primero, que se acelere la llegada de la Sputnik V. De las 1.480.000 dosis recibidas, solo 430.000 son rusas. El resto proviene de China.
Segundo, que se apruebe la vacuna cubana Abdala para pasar a una fase de producción conjunta de la misma, donde se buscaría elaborar 4 millones de dosis en suelo venezolano.
Tercero, que se concrete la llegada de las vacunas covax. Según Alvarado, con el Fondo Chino, “ya se ha cancelado prácticamente todo lo que corresponde al covax y con los avances hechos en el pago, probablemente para el mes de julio, es lo que nos ha dicho la gente del mecanismo, estarían llegando vacunas para más de 5 millones de personas”.
Sin embargo, más allá de los retrasos, el proceso es “escalonado”, pues un arribo masivo o simultáneo de vacunas también supondría un problema para Venezuela, ya que la nación no posee la capacidad para resguardar una gran cantidad de dosis. Monitor Salud afirma que, de los 56 centros habilitados para inmunizar, solo 44 tienen las neveras en funcionamiento.
Algunas de las vacunas requieren temperaturas muy bajas, como la de Pfizer que necesita -70°C. En el caso de la Sputnik V, la solución para inyección intramuscular demanda una temperatura de congelación de -18°C, y todas las etapas de almacenamiento deben asegurar esta cadena de frío. Una vez descongelada tiene que usarse dentro los 30 minutos siguientes.
En tanto, la forma liofilizada (seca) de la vacuna rusa puede almacenarse entre 2 y 8°C, al igual que la vacuna de AstraZeneca, que puede guardarse, transportarse y manejarse en esas mismas condiciones por al menos 6 meses.
Para lidiar con esta situación, Venezuela recibió los primeros 50 de 100 congeladores donados por la UNICEF con la contribución del gobierno del Reino Unido. Cada uno de ellos permitirá almacenar aproximadamente 8.500 dosis, es decir, 425.000 por ahora y 850.000 cuando llegue el segundo lote.
Los próximos dos meses son decisivos para hacer una lectura más acertada sobre el destino del plan de vacunación nacional. Por ahora, Venezuela va de penúltima en la región y las proyecciones no son favorables. A la cabeza avanza Chile que, aún en medio de los infinitos y profundos desaciertos políticos de Piñera, ya cuenta con un 32% de la población completamente vacunada y un 41% parcialmente inmunizada (una sola dosis).