Dewayne Johnson, jardinero de 46 años que aplicó herbicidas durante dos años en una escuela, fue la primera persona en llevar a juicio a Monsanto-Bayer acusándolo de provocar el cáncer que padece: Cáncer del sistema linfático (linfoma de Hodgkin). Y la primera en conseguir que la justicia le diera la razón, contradiciendo lo que asegura la trasnacional sobre la seguridad de sus productos a base de glifosato.
De acuerdo a la información aportada por la Revista Mu, los Monsanto Papers conseguidos por la ONG de consumidores por la transparencia del sistema alimentario y la información (USRTK) le permitieron al jurado llegar a ese veredicto el 10 de agosto de 2018.
La empresa ocultó información e influyó sobre agencias regulatorias y el corpus científico para mantener a su producto insignia, el Roundup, en el mercado.
Luego de tres días de deliberaciones, un jurado de 12 personas – 9 de ellas mujeres- encontró a Monsanto culpable de todos los cargos. El jurado condenó a la compañía a pagar 289 millones de dólares. 250 millones, de ese total, por ocultar la peligrosidad. Por supuesto, la empresa apeló y el monto se redujo, pero se marcó un precedente que incentivó crecieran las denuncias. Para 2019 eran más de 13.400 demandas de pacientes de linfoma no-Hodgkins o sus familiares contra Monsanto-Bayer.
El jurado encontró que la compañía actuó con “malicia” y que su herbicida Roundup, y su versión profesional RangerPro, contribuyeron “sustancialmente” a la enfermedad terminal de Dewayne Johnson, quien usando la protección adecuada y según las indicaciones del producto, “las buenas prácticas agrícolas” no fueron suficientes para evitar su enfermedad.