Es de Chabasquen, estado Trujillo, hijo de un productor de café e investigador del IVIC. Tiene formación en Gobernabilidad y políticas públicas. En el año 97 se encarga de la finca familiar. Su amplia experiencia como caficultor lo llevó a dirigir por 17 años el rubro de café en la Confederación de Asociaciones de Productores Agropecuarios de Venezuela (Fedeagro), así como a formar parte de su Junta Directiva desde el año 2000. Actualmente es el Director Ejecutivo de dicha organización, único cargo remunerado.
PH9. ¿Cuál era la situación de la producción agrícola para inicios del siglo XXI? ¿Qué problemas se enfrentaban? ¿Cuáles eran las potencialidades del sector agrícola según su perspectiva?
VP. Cuando se inicia el siglo XXI Venezuela era un país donde, desde el punto de vista tecnológico, no estábamos muy rezagados: se importaban tractores de última generación, había insumos por todos lados, había una buena relación con el sector privado. Con el sector público había mucho diálogo. La única cosa que empezó a generar ruido en ese diálogo era la Ley de Tierras.
Una vez, en una reunión con el presidente Chávez en Miraflores, él nos dijo claramente: “- Pero bueno, vamos a seguir trabajando, que la Ley de Tierras no nos separe, discutamos, hagan lo que ustedes crean”. Ya nosotros habíamos demandando la nulidad de unos artículos de la Ley de Tierras ante el Tribunal Supremo [de Justicia]. Él dijo: “- Vamos a hacer muchas cosas juntos”.
Inclusive esa anécdota, cuando había un funcionario que quería invadirlo todo, quitarlo todo, socializar toda la tierra de un solo golpe… Pero la Ley de Tierras tiene sus metodologías para eso, y mucha gente, [incluyendo el] funcionario público, obviaba los mismos procesos que da la Ley de Tierras.
Había algo que es más macroeconómico que nadie veía en ese momento, veníamos con un problema para todo el agro: veníamos con una moneda muy sobrevaluada, competir con las importaciones ya era difícil. En el 2013 cuando llegó ese boom petrolero, el primer enemigo que yo tenía era esa Venezuela rentista y ese dólar subsidiado, con un bolívar sobrevalorado. Entonces era más fácil importar un kilo de maíz que producirlo aquí.
Pero, todos estábamos muy ciegos, gobierno y productores. Quizás hoy en día vemos lo importante del tema cambiario. Yo creo que ese era el plomo en el ala que teníamos en la agricultura.
Este es un sector productivo complejo; incluye desde siembra, distribución, procesamiento. Hay área animal que es muy diversa, y vegetal también. Pesca, bovino, caprino, ganado, etc. A principios de siglo quizás los cerealeros estaban más desarrollados que el caficultor, o podrías hablar que el ganadero estaba muy bien. Las cifras productivas a nivel per cápita, cuando haces una comparación con otras cifras mundiales, tú ves que en términos económicos de esos estándares no estábamos bien. El hecho de que algunos agricultores tengan un buen nivel de vida no quiere decir que todos estén así. Es que cada rubro tiene sus propias características.
A pesar de que las cifras no eran malas, no teníamos soberanía alimentaria, pero teníamos más de las que tenemos hoy en día y teníamos más de las que tuvo el mejor año de Chávez, que fue el 2008. Lo que pasa es que no teníamos bien sacadas las cuentas de producción por habitante.
Era un país que importaba alrededor de 1.500 millones de dólares en importaciones, mientras que en los últimos años casi llegamos a 14 mil millones de dólares, es decir que en catorce años la cosa se multiplicó por cien.
Yo creo que, si haces un análisis profundo, nosotros nunca estuvimos bien, pero definitivamente el agricultor promedio estuvo mucho mejor en la IV [República] que en la V [República], a pesar de todos los apoyos. Tú veías que todo el financiamiento bancario se lo llevaban los cerealeros y los ganaderos en especial. Y mucha agroindustria obtenía créditos agrícolas, disfrazaban una finca y por ahí metían créditos, pero en realidad era para su industria. Pero tú notabas que había una política más clara, más definida.
Lo que pasa con esta pregunta es que la agricultura es muy compleja, el sistema agroalimentario es un sistema muy grande y muy diverso. Está desde la semilla, la siembra, la cosecha, agroindustria, venta, y hasta qué se come en un restaurante. No es una sola cosa, es un sistema muy complejo. Nosotros somos la sumatoria de muchos sectores.
Sobre las potencialidades del sector, comparando -por ejemplo- con que quizá Brasil, que es el segundo país agroproductor del mundo, solo le quedan por sembrar 6 millones de hectáreas. En Venezuela tenemos treinta pico de millones, y solo usamos un millón y medio de hectáreas. Nuestra potencialidad es demasiada alta. Quizá no son las mejores tierras como las argentinas, pero es una potencialidad muy grande. Pero muchos políticos, e incluso gente dentro del mismo agro, no tienen ese concepto.
Yo sí creo que cuando llegó el gobierno vieron el potencial pero desde un punto de vista muy político, eso no quiere decir que no sea bueno lo político, pero lo vieron desde la idea de fomentar la Revolución y lo vieron como tema de tierras, falta de plata, y que creen que existe un agricultor pendejo porque alguien no lo protegió. Aunque eso tenga mucha validez, faltan muchas otras cosas.
PH9. ¿Cómo comprende la Ley de Tierras y Desarrollo Agrícola? ¿Considera que era necesaria una reforma agraria a principios de siglo, o considera que había que implementar otro tipo de políticas respecto a la propiedad de la tierra?
VP. Hoy en día hablar de Reforma Agraria es algo obsoleto en el mundo. Ni en Vietnam, ni en China, ni en Estados Unidos, ya no se trata de esa manera. Cuando diseñaban esa Ley el ministro era Freddy Andrade, él era un comunista de formación, gran formador de personas del comunismo que vino de [la ciudad] El Tocuyo; hoy en día es un científico muy connotado en la Universidad de Mérida. Pero el problema es que tienes que buscar gente conocedora del agro, y más bien se han buscado muchos sociólogos, psicólogos y abogados. Pero, conocedores del agro, de izquierda, fueron muy pocos.
Hoy en día tú puedes lograr programas socialistas de gran envergadura en países muy capitalistas. Por ejemplo, la agricultura gringa es muy socializante, prácticamente el 30% de su economía es de cooperativas. También en Europa, el promedio de tierra de la comunidad europea no pasa de 30-40 hectáreas. Entonces, lo que hay es más un problema de diseño que de signo ideológico.
La Ley tiene cosas buenas y cosas que atentan contra el potencial productivo. Intenta poner al conuco como célula central, así como la familia lo es de la sociedad, cuando hoy en día el conuco va contra el ambiente, es depredador de la tierra e infuncional, y lo vemos en Los Andes.
De todas maneras, el gran problema no es la Ley sino que todos los funcionarios públicos la violaron. Se pusieron a lo arrecho a expropiar y quitarle cosas a todo el mundo sin utilizar el proceso de la Ley de Tierras, fingían un informe, te decían que tenías una enfermedad en una caraota entonces tu tierra era improductiva. Hay casos del Tribunal Supremo de Justicia que había devuelto tierras y nunca se las han regresado a la gente; en ciertos casos había que hacerlo, pero si el tipo estaba produciendo, tú lo que tenías era que regularizar eso. Aquí a quien más le quitaron fue al sector ganadero y la caída de producción de carne es impresionante. Se metieron con la Corona inglesa, bueno, está bien, quizás para dar una señal política, pero ¿dónde pusiste a producir ese ganado?
La expropiación de tierras que están productivas es un error, porque el que las produce ya está haciendo cosas muy bien, y el resultado fue una caída inmensa de la producción. La gente de izquierda tiene el mal hábito mental de pensar que el problema es de tierra y de plata, que si tú das tierra y plata al pobre resolviste el problema. Y el problema está en el conocimiento. Plata hubo, tierras también, pero no así conocimiento; si no tienes tecnología e innovación no haces nada, no importa que seas de derecha o izquierda.
La Ley de Tierras creó unas instancias de orden técnico que no se llegaron a desarrollar. No hubo un catastro de tierras para reconocer los distintos tipos de suelo, de climas, de infraestructura. Si se hubiese zonificado el país y desarrollado todos estos componentes técnicos la Ley de Tierras hubiese funcionado mejor, se hubiese repartido la tierra de mejor manera.
Hay otro problema que es la propiedad definitiva de la tierra. Un agricultor después de estar 10 años trabajando la tierra ya siente que eso es de él, y él trabaja es para su familia. Ahí tiene que haber un factor de herencia: tú no le vas a dar la tierra con propiedad de una vez, él tiene que ganársela. Y ese es el principal problema de ese esquema de izquierda que llegó aquí, y es de hace como 40 o 50 años. Yo he logrado hablar con gente de Vietnam por el tema del café, pero ahí hay un derecho que les da características de propiedad privada a la gente, un derecho que les da garantía sobre la tierra. Ni en China, ni en ningún país de comunismo europeo funciona como se intentó acá, que se parece más bien a la Unión Soviética.
De todas formas el problema central fue la corrupción. Todos querían “guisar”, había demasiada discrecionalidad en el funcionario. Ahí no hubo socialismo en el corazón de las personas, para mí fue un mecanismo para robar y el que no robaba aprendió, había demasiado dinero. Se hizo mucho daño.
En la Ley hay cosas buenas. Si se hubiese hecho el 70% de lo que era aquí, se estuviese produciendo. Hubo cosas que estuvieron bien diseñadas pero no se cumplieron, como por ejemplo un instituto para la infraestructura. Las obras se hicieron todas a conveniencia, no se hicieron las obras donde se tenían que hacer, fue puro negocio, la mayor de las falta de ética que puede haber en los seres humanos.
Nosotros tenemos una propuesta de reforma de esa Ley; yo soy partidario de un esquema más socializante. La Ley de Tierras no hablaba de algo fundamental que es la organización de los productores. Lo importante de la tierra es quién la trabaja. Aquí pretendieron que el Consejo Comunal supiera desde organizar un problema de la cuadra hasta lanzar un cohete a la luna, quisieron inmiscuirlos en todo. No puedes tener un Consejo Comunal en una zona agrícola que resuelve un problema doméstico, de convivencia, a una cosa tan compleja como producir un rubro de alto desarrollo tecnológico, de economía, de moléculas, de drones, de llevar estadísticas, del ciclo climático. Tienes que buscar a gente con un nivel de cualificación técnica.
Hoy en día hay organizaciones mundiales que se dedican al tratamiento de la tierra, y tú ves que los países que más están creciendo son países del África que pasaron por problemas étnicos y religiosos, pero encontraron mecanismos de resolver positivamente el tema de la distribución y producción de la tierra, tanto que están creciendo eficientemente. Acá en Venezuela como que vieron la película del doctor Zhivago y dijeron “vamos a aplicar igualito eso aquí”.
PH9. ¿Cuáles son los problemas que considera ha traído consigo la política de tierras durante los períodos de gobierno chavista? ¿Cuáles considera que hayan sido los aciertos? ¿Nos pueden relatar algunos casos emblemáticos?
VP. A lo mejor el 99%, exagerando el término, son casos negativos. Pero yo he visto casos muy interesantes, muy bonitos, de éxito y te voy a decir que ese éxito se debe a la persona que tomó la batuta en ese tema. Casi todas han sido damas, señoras, mujeres que eran amas de casa y han aprendido a producir, manejan un concepto integral, pelean con el mismo gobierno, se imponen, pelean con los militares, con la robadera, con los malandros, y yo las admiro mucho. Depende mucho, definitivamente, del factor humano.
Nadie del alto gobierno trató de crear un manual de procedimiento de casos para aplicar esa Ley de Tierras. No es lo mismo cómo se comporta un gocho, cómo se comporta un oriental. No es lo mismo cómo se comportan en tal o cual rubro, es muy diverso. Y cada tierra, dependiendo de a qué se va a dedicar, debe tener su metodología.
Nosotros pensamos que sí debe haber un banco de tierras, debe haber unas maneras en que la gente tenga acceso. Nada puede ser regalado, pero tampoco puede ser difícil.
Hoy en día nadie quiere ser latifundista. Eso es obsoleto. Ya al hombre más rico del mundo no le interesa tener tierras por tenerla; la inversión necesaria es enorme. Hoy en día es más una cuestión de productividad, de tener la tierra que se tiene productiva. Hay esquemas de bancos de tierra que permiten, como en Brasil, a personas que no tienen tierra producir, se alquila, se arriendan al Estado o a particulares, no son alquileres como los de vivienda. Se puede lograr un esquema con ganancia para todos. Yo creo que no depende tanto de la derecha o la izquierda, sino de cosas que funcionen o no. Producir alimento para la gente, y que quien lo haga tenga una rentabilidad sana y pueda vivir de su trabajo.
Por último, la otra cosa más grave de la Ley de Tierras es que generó temor en el productor agropecuario. Todo el mundo tiene miedo de que le quiten sus cosas. Hay temor a invertir. Antes porque el gobierno te la podía quitar, ya no. Pero ahora si tienes una propiedad que funcione bien, si la tienes muy bonita, sobre todo si está cerca de un pueblo, la gente te pone el ojo y viene un malandro y se te mete. Y nadie los saca. Si quieres que se cumpla la ley necesitas pagarle vacuna a los militares. Solo para ir a hablar con ellos necesitas mínimo mil dólares, que si los viáticos, la comida, los cauchos, todo es plata.
PH9. Según los datos oficiales que publican en su página web, la producción agrícola logró un crecimiento los primeros años de este siglo, pero a partir del 2008 comenzó un imparable declive, ¿a qué factores atribuye ambos datos? ¿Cuáles son los rubros de mayor sostenimiento, cuáles han sido los más golpeados, y por qué?
VP. Todo esto se inició cuando Chávez le pidió al Banco Central de Venezuela que le diera “el millardito”, eso se hizo muy famoso. De ahí en adelante, fueron ingentes los recursos que se le dieron a la agricultura como tú no tienes idea, por todos lados. Comenzó inicialmente con Fondafa. A mí me llegaron anécdotas como que Elías Jaua le dijo al presidente de esta institución que si no bajaba el dinero a final de semana le partiría la cabeza con un bate, es decir, la orden era dar plata sin mirar a quién. Te puedo decir que se daba plata a chavistas y a no chavistas, opositores, sobre todo para rubros pequeños.
Pero qué pasó, era dar plata sin conocimiento y sin organización. Organizar a la gente lleva décadas, manejar la mente y el corazón de unos productores es una ciencia, tienes que capacitarlos. En la organización de los productores está el éxito en el mundo de la agricultura. Generalmente, son organizaciones, cooperativas, empresas privadas de agricultores pero que funcionan como cooperativas. Se organizan como bolsa de valores también, porque hay unos más avanzados que otros.
La mayoría de esos reales fue para motos chinas y un montón de celulares. En términos de chiste yo digo que toda esa plata se la llevó la [Empresas] Polar, porque al final la gente lo que hacía era comprar cerveza y comida. No tuvo el efecto productivo que debió tener. Con esa inversión la producción debió ser el doble en términos de cifras. Si aquí se hiciera un análisis de cuánto dinero se invirtió y cuánto se produjo por hectárea, seguro los indicadores de bolívares invertidos por rendimiento deben ser los más bajos del mundo.
El rubro que más se le invirtió fue el café, que es mi rubro. Esa plata se perdió, pero se trajo mucha maquinaria y se modernizó el parque de maquinaria y la infraestructura. Todo el sector relacionado con la agricultura, el privado que traía insumos se renovó y creció. Muchas cosas iban muy bien, pero traía un plomo en el ala que era el dólar muy barato, que si bien convenía para la importación de insumos y maquinaria, también hizo que se trajera importado mucho maíz, mucha azúcar, mucho arroz. La mayor prueba de eso son las estadísticas del pollo. El venezolano llegó a comer casi 50 kilos per cápita de pollo al año. Porque el pollo es un rubro 90% importado, el costo más importante es su alimentación y todo eso lo traían de afuera. Pero, a pesar de que Íbamos creciendo íbamos también cavando nuestra fosa.
El sistema de agroalimentación es uno solo, pero el gobierno lo dividió en 6 ministerios. Los que llevan la cabeza son el de Agricultura y el de Alimentación que siempre lo han manejado los militares. El problema se agrava cuando el Ministerio de Alimentación empezó a traer grandes cantidades de productos a un alto costo en dólares; el maíz por ejemplo llegó a comprarse al doble del costo internacional, pero que a su vez se colocaba en el mercado interno a un costo menor del que costaba producirlo acá en Venezuela. Los productos en el Mercal eran demasiado baratos, pero eso está bien, el problema no estaba en el subsidio -que puede ser una política correcta si tienes los recursos-, sino que solo se subsidiaba el producto extranjero.
Parte del declive en esa época de crecimiento antes del 2008 era que el gobierno compraba caro y obligaba a los productores a vender barato. Ellos, en aras de controlar la inflación después del 2003, aplicaron la mala política de los controles de precios. A pesar de que había mucho diálogo, yo vivía todas las semanas metido en el Ministerio discutiendo costos de diferentes rubros; ellos no te hacían caso, imponían precios que estaban por debajo de los costos de producción. Eso duró décadas.
Entonces les diste todos los juguetitos para producir, pero después cuando iba a vender eso no daba ganancia, no tenía rentabilidad. Solo sobrevivían los más organizados, que suelen ser los de Fedeagro, pero la mayoría estaba siendo golpeado. Incluso en los últimos años te obligan a vender un porcentaje de la producción al gobierno.
Otro error fue la expropiación de Agroisleña. Cuando la convirtieron en Agropatria le fueron cortando las alas a otros proveedores de agroinsumos, y con todo los problemas económicos que se agravaron en el país los privados dejaron de traer insumos, y prácticamente Agropatria es el único.
De ese monopolio, la mayoría de los insumos subsidiados fueron a parar a Colombia y otros países. Hubo muchos chavistas de maletín: montan un Consejo Comunal, arman una parafernalia, y le plantean un negocio a funcionarios para contrabandear los productos a Colombia. Ahí hay muchos oficiales. En Colombia vendían los equipamientos venezolanos; conseguías todo lo de Agropatria. El manejo de los insumos ha hecho que sea cada vez más costoso sembrar.
El tema de los precios siguió afectando la rentabilidad. Todas las gacetas de precios tenían los precios por debajo del margen de rentabilidad. Desde el 2010 no se trajo más tractores, más maquinaria. Todos nuestros tractores ya han perdido la vida útil. No se renovó patentes de los agroquímicos, la mayoría de los insumos que usamos son terriblemente agresivos para el ambiente e ineficientes, son moléculas obsoletas.
Entonces, encuentras que la caída es multifactorial. También la banca fue disminuyendo. Cada año sembrar es más costoso, la inflación comenzó a pegarnos, y el capital de la banca no se fue incrementando, cada vez la banca prestaba menos. Hasta llegar al momento actual donde el encaje legal es casi del 100% y no tienen capacidad de préstamo. Es que la banca hoy en día está tan mermada que tú agarras todo el capital de la banca y no financias ni una cuarta parte de toda la agricultura. La banca ahora es la más chiquita del mundo, hasta llegar a la actualidad donde es casi inexistente. Y sin financiamiento esto se va muriendo.
Todo esto se fue retroalimentando con la caída de la organización de los productores, fueron desapareciendo o mermando su capacidad. Consigues organizaciones que tenían 30 ingenieros y ahora tienen 5. Cada técnico tenía un vehículo, una laptop, celulares, GPS. Eso se ha perdido, no lo tiene ni el gobierno y la empresa privada lo está perdiendo.
En cuanto a los los rubros más golpeados, serían en este orden: El café de 1.600.000 sacos a 350.000, le sigue el azúcar de 9 millones de toneladas a 1.900.000, le sigue después el arroz de un período anual donde sembrábamos 180.000 creo que llegaremos a 50.000 y es mucho. Viene también el maíz de 600.000 ha sembradas a 120.000 ha. El tema de las naranjas y frutales que están palo abajo, como una placa que se llama el dragón amarillo, ya el 60% de las matas están muertas. Luego, el tema de las hortalizas; ves que la variedad y la calidad ha mermado, no han dejado entrar semillas certificadas de calidad. De la leche y el ganado ha caído mucho. Se ha mantenido la capacidad de producción del pollo y ha aumentado el de camarones, que incluso se exportan. También el cacao está más o menos en su nivel.
PH9. ¿Cómo fue la relación de Fedeagro con el Estado durante los períodos de gobierno con Chávez y cuál es la relación con el actual gobierno de Maduro?
VP. Durante el gobierno de Chávez teníamos un diálogo fluído, demasiado fluído diría yo. En muchos momentos difíciles había conversaciones privadas, hasta con él directamente. Pero una cosa es hablar y otra que te hagan caso y tomen en cuenta. A nosotros nos trataban bien, pero con quien no hablaban era con el sector ganadero, porque según ellos era la propia expresión del capitalismo. Tenían un problema interpretativo, por un enfoque ideológico.
Ellos se acercaban a nosotros porque les decíamos cómo eran las cosas, y trabajan con nuestra verdad: de ver cómo las manipulaban o le daban un manejo político. Y de verdad yo creo que si ellos tenían cien cosas para dar, algunos años llegaron a darnos el 60% de los recursos que había. El otro 40% era para su política y sus inventos. Porque ellos sabían que nosotros éramos los que producíamos. En esas conversaciones nos ahorcaban pero no nos mataban, nos ponían los precios mínimos, eso fue un tira y encoje.
Eso duró así te diría que hasta Maduro. Incluso cuando estuvo Ivan Gil que fue ministro dos veces, él entendía que nosotros producíamos un porcentaje importante y aún se lograba hacer acuerdos. Pero, cuando entró el actual ministro Castro Soteldo la relación se acabó. La gente que está ahorita que son -o fueron- oficiales, el concepto es todo para ellos. Intentaron crear unas Fedeagro paralelas: Confagan [Confederación de Agricultores y Ganaderos], Cofaven, y eso no resultó. Ellos se dieron cuenta que a través del dinero es que pueden golpearnos. Ahí es donde se crearon los “agroenchufados”: grupos privados muy capitalistas, empresas grandes en Venezuela que han tenido que plegarse a ellos para poder sobrevivir. Así han hecho su movimiento agrícola e incluso algunos de nuestros productores se han ido con ellos, porque si no tenemos para ofrecerle a nuestros mil productores sino sólo a 300, los otros 700 tienen que ver qué hacen. Pero bueno, los han robado, no les pagan lo que es, los tratan mal, no les cumplen y terminamos en la actual situación donde casi nadie siembra. Además, ya se acabó la plata, casi no hay que raspar en la olla. Puedes ver como en la última reunión de precios acordados no hubo ningún agricultor.
PH9.- ¿Cuáles son los desafíos que enfrentan los productores agrícolas hoy en día?
VP. El reto es sobrevivir. Mantener nuestra unidad de producción, mantener unas condiciones mínimas, sin descapitalizarte. Hay gente que se ha diversificado, hay gente que se ha puesto a comercializar cosas, manda a los hijos para afuera, los hijos les mandan remesas, etc. El mayor reto que tenemos -y lo estamos haciendo- es que estamos diseñando todo para el futuro. Tenemos planes elaborados porque esto va a quedar como tierra arrasada. Aquí el petróleo no va a ser el negocio que fue antes, ya la Venezuela rentista cambio, el papá Estado se acabó. Aquí hay que empezar como todos los países pobres del mundo han llegado a ser lo que son. Para eso se necesita, como te dije, es conocimiento. Nosotros tenemos cálculos, qué es lo que hacer, qué hay [que] traer, qué financiamientos hay que pedir afuera, qué ayudas internacionales, qué cambios hay que hacer. Aquí no puede ser el tema político, que salimos del chavismo y hay que entrar en uno contrario. Esta lección se aprendió. Lo importante es que haya libertad y conocimiento, así es que se logra desarrollar la agricultura. Nadie crece solo, aquí tenemos que unirnos todo.